Análisis de la evolución del mercado laboral en agosto
La
contratación indefinida se hunde.
El
descenso registrado en el número de contratos con respecto al mes de
julio ha sido un 33,62%, y otro 19,91% con respecto al mes de agosto
del año pasado. Además, tomando en cuenta los ocho primeros meses
acumulados del ejercicio actual en comparación con el mismo período
de un año antes, el descenso es del -6,5%. Ya el mes de marzo la
evolución de los contratos indefinidos trasladó los primeros signos
de alarma. Es posible que detrás de estos resultados se encuentre
algún cambio en la normativa
laboral reciente.
En
el Gráfico 1 se observa el rápido descenso de la tasa de variación
anual de los contratos indefinidos, a lo largo del presente
ejercicio, que desde un 4,85% en enero se ha precipitado a la tasa
del -6,5% del pasado mes de agosto. Revertir esta tendencia no parece
fácil, y todo lleva a suponer que el cierre del ejercicio será
similar.
Los
contratos indefinidos han visto
cómo su participación en el total se derrumba por debajo del 9%.
Esta situación contrasta con la
evolución de los contratos temporales,
que aun cuando se reducen en
agosto un 29,95% con respecto a julio y un 3,58% con relación al año
anterior, en términos acumulados en los ocho primeros meses
protagonizan
el aumento de la
contratación con un crecimiento del 2,03%.
Las tendencias descritas
indican que los contratos
temporales se mantienen
a corto plazo, mientras que los indefinidos descienden
de forma significativa. Algo
está provocando este cambio que rompe con tendencias
precedentes.
El
paro crece y el empleo modera su crecimiento del empleo en el
mes de agosto.
La
tasa anual de variación de la afiliación a la seguridad social
desde 2017 muestra una tendencia en clara desaceleración. Nuevas
reformas del mercado laboral son necesarias para avanzar en la
corrección de los desequilibrios. Todavía en agosto hay más de 3
millones de personas en situación de desempleo, concretamente
3.065.804. Pese a los buenos resultados, la tendencia descrita se ha
mantenido en agosto, con la tasa anual de variación situada en el
2,55%, cada vez más lejos del 3,87% correspondiente a mayo de 2017.
En el curso de algo más de dos años, la diferencia superior a 1
punto en la tasa anual de variación implica que el crecimiento del
empleo ha perdido ímpetu, que el mercado de trabajo muestra síntomas
de fatiga, y que para continuar creando puestos de trabajo hay que
profundizar en los aspectos estructurales y no solo en los
coyunturales.
El crecimiento del
empleo prácticamente se iguala al registrado por el PIB, que según
el INE ha sido del 2,3% en el segundo trimestre de 2019. Este
resultado tiene una incidencia sobre la productividad general
de la economía, y obliga a realizar una reflexión sobre el alcance
y agotamiento de las medidas de la reforma laboral, así como la
necesidad de dar un nuevo impulso a la corrección de los
desequilibrios del mercado de trabajo que aún persisten.
Particularmente, la
tasa de desempleo ofrecida por la EPA para el segundo
trimestre fue del 14%, dos puntos menos que en el mismo período de
2018. La estimada en agosto con los datos de afiliación y paro
registrado, se mantiene en un 13,7%, estable desde mayo. Entre el
primer trimestre de 2015 y el mismo período de 2017, la tasa de
paro ha descendido 5 puntos, mientras que desde entonces
hasta el primer trimestre de 2019 tan solo lo ha hecho en 2
puntos, como un escenario posible de la tasa NAIRU, en el
que la inflación se mantiene estable y además muy baja, 0,3%,
despejando dudas sobre un posible despegue de la misma.
Desde
el punto de vista sectorial, vuelve llamar la atención el descenso
sufrido en el empleo en la construcción, que arrastra, un
descenso en agosto de 27.464 empleos. Este sector ha visto como sus
registros en el presente ejercicio se deterioran, con una tasa anual
que cae hasta el 5,42%, por debajo del 8,97% el pasado ejercicio. No
obstante, continúa estando entre las más elevadas del conjunto de
actividades y por encima de la media.
En
relación con la dinámica del empleo por género, en agosto
se refuerza la ventaja del crecimiento de la ocupación de las
mujeres, un 3,08% con respecto al año anterior, y superior al de los
hombres, con tan solo un 2,10%, situación que se ha venido
manteniendo desde abril del año pasado, y que ha permitido al empleo
de la mujer alcanzar 8.913.733 ocupadas. No obstante, las mujeres
en desempleo aventajan en términos absolutos a los hombres en
esta situación, 1.818.266 frente a 1.247.538 respectivamente; en
tanto que la reducción del desempleo de los hombres, -4,55% es
claramente superior al de las mujeres, -3,03%.
El
empleo de extranjeros ha vuelto a intensificarse en los ocho
primeros meses de 2019, con un aumento del 7,3% respecto al mismo
período del año anterior. De manera significativa, los autónomos
extranjeros crecen un 5,5%, mientras que los españoles lo hacen solo
en un 0,6%. Tendencias que se sostienen en la distinta evolución
experimentada por la población activa, que en el caso de los
extranjeros aumenta en tasa anual un 5,7%, mientras que en el caso de
los españoles crece tan solo un 1,5% durante agosto pasado. Los
trabajadores extranjeros representan actualmente el 11,1% del total.
Por
último, en agosto se mantiene el ratio de 2,32 trabajadores
afiliados por pensionista, que no se observaba desde diciembre de
2013, cuando se desplomó a 2,27. Han sido siete largos años en la
evolución del indicador para remontar las cifras, si bien todavía
se encuentra a cierta distancia del récord de 2,71 alcanzado en
diciembre de 2007. En el debate del futuro de las pensiones, que
guarda estrecha relación con las reformas estructurales que se
tienen que implementar en el mercado laboral, es fundamental prestar
atención a cuál va a ser la evolución del ratio y sobre todo su
incidencia sobre los presupuestos de la seguridad social
Comentarios
Publicar un comentario