El mercado laboral español en el primer semestre de 2019
Un semestre es tiempo suficiente para realizar una evaluación del
mercado laboral que permita intuir cuáles son sus puntos fuertes y
débiles. AFEMCUAL entiende que los resultados pese a que
se pueden calificar como positivos, apuntan hacia un escenario de
riesgos e incertidumbres que es conveniente atajar cuanto antes. La
realidad es que todavía hay más de 3 millones de personas en
desempleo, y eso obliga a no bajar la guardia.
La
contratación indefinida se vuelve a hundir. Los
contratos de formación no despegan.
Ya
no es solo un mes o dos aislados. El descenso registrado en el número
de contratos indefinidos con respecto al mes de junio del año pasado ha sido un -9,75%, y teniendo en cuenta los datos acumulados del primer semestre del ejercicio en
comparación con el mismo período del año anterior, un -5,36%. Ya el mes de marzo pasado la evolución de los contratos
indefinidos trasladó los primeros signos de alarma. Después en
abril y mayo volvió a caer. Algún
cambio en la normativa laboral reciente ha debido actuar de forma
negativa sobre la evolución de la contratación indefinida.
Como
consecuencia de las tendencias descritas, estos contratos
han vuelto a ver cómo su participación en el total se derrumba por
debajo del 9%. Esta situación contrasta con una evolución más
estable de los contratos
temporales, que invierten
la tendencia en junio pasado,
con un descenso del
3%
respecto a mayo,
que en el acumulado del
primer semestre alcanza un
aumento del
2,26%
con respecto al mismo
período del año anterior.
Sin lanzar campanas al vuelo, los contratos temporales aumentan de
forma significativa a
corto plazo, mientras que los indefinidos caen. Algo está provocando
este cambio, que rompe con la tendencia precedente.
Por
otra parte, las buenas noticias que llegaron de los contratos
en formación, durante el mes
de abril, se han vuelto muy pesimistas en mayo y
una vez más en junio. Y
así, de un crecimiento del 7,93% con respecto a marzo y del 29,55%
con relación a abril del pasado año, se ha pasado a un desplome en
las cifra, con una caída del -16,26% respecto a abril y del -27,16%
con respecto a mayo y de un
-26,84% respecto a junio.
Las cifras de los contratos de formación y en prácticas siguen
siendo reducidas, lo que indica un bajo nivel de utilización por
parte de las empresas de estas modalidades, especialmente orientadas
a los más jóvenes que acceden al mercado laboral por primera vez.
La
ralentización del crecimiento del empleo se acentúa en el primer semestre.
Si
se observa la evolución de la tasa anual de crecimiento de la
afiliación desde 2017, la tendencia muestra una clara
desaceleración. Nuevas reformas del mercado laboral son necesarias
para avanzar en la corrección de los desequilibrios. Como ya se ha
destacado, todavía hay más de 3 millones de personas en situación
de desempleo. Pese a los buenos resultados, la tendencia descrita del
empleo se ha mantenido en junio pasado, con la tasa anual situada en
el 2,69%, cada vez más lejos del 3,87% de mayo de 2017. En el curso
de dos años, la diferencia de más de 1 punto en la tasa de variación anual
implica que el crecimiento del empleo ha perdido fuerza, que el
mercado de trabajo empieza a mostrar síntomas de fatiga, y que para
continuar creando puestos de trabajo es necesario profundizar en los
aspectos estructurales y no solo en los coyunturales.
Además, el
crecimiento del empleo vuelve a ser más intenso que el registrado
por el PIB, que según el INE ha sido del 2,4% en el segundo
trimestre de 2019. Este resultado tiene una incidencia sobre la
productividad general de la economía, y obliga a realizar una
reflexión sobre el alcance y agotamiento de las medidas de la
reforma laboral de 2012, así como la necesidad de dar un nuevo
impulso a la corrección de los desequilibrios del mercado de
trabajo, que aún persisten.
Particularmente, la
tasa de desempleo ofrecida por la EPA para el primer trimestre
fue del 14,7%, dos puntos menos que en el mismo período de 2018. La
estimada en el mes de junio, con los datos de afiliación y paro registrado,
ha quedado situada en un 13,3% y continúa en descenso, pero mantiene un
proceso de ralentización de su reducción. Entre el primer trimestre
de 2015 y el mismo período de 2017, la tasa de paro cayó
5 puntos, mientras que desde entonces hasta el primer trimestre
de 2019 tan solo lo ha hecho en 2 puntos, en tanto que se
plantea un escenario próximo a la tasa NAIRU, que condiciona
la continuidad de su descenso si no se acepta un despegue de la
inflación.
Desde
el punto de vista sectorial, vuelve llamar la atención el parón
sufrido por la creación de empleo en la construcción, que
arrastra unos resultados inferiores a los previstos. Este sector, que
había sido en el primer trimestre de 2018 el segundo más dinámico
en creación de empleo, justo detrás de la hostelería este año ha
visto como sus registros en junio se frenan, con un aumento del 0,88%
con respecto a mayo. Además, la tasa anual, que había sido de un
7,49% el pasado ejercicio, se reduce hasta un 6,77%.
En
relación con la dinámica del empleo por género, hasta el
pasado junio se mantiene el crecimiento de la ocupación de las
mujeres, un 3,09% con respecto al año anterior, y superior al de los
hombres, con tan solo un 2,34%, situación que se ha venido
manteniendo desde abril del año pasado, y que ha permitido al empleo
de la mujer alcanzar 9.050.836, la cifra más elevada de la serie
histórica. No obstante, las mujeres en desempleo aventajan en
términos absolutos a los hombres en esta situación, 1.797.630
frente a 1.218.056 respectivamente; en tanto que la reducción del
desempleo de los hombres, -5,97% es claramente superior al de las
mujeres, -3,71%.
El
empleo de extranjeros ha vuelto a intensificarse en el primer
semestre de 2019, con un aumento del 7,75% respecto al mismo período
del año anterior. De manera significativa, los autónomos
extranjeros crecen un 5,9%, mientras que los españoles lo hacen solo
en un 0,3%. Tendencias que se sostienen en la distinta evolución
experimentada por la población activa, que en el caso de los
extranjeros aumenta en tasa anual un 5,7%, mientras que en el caso de
los españoles crece tan solo un 1,5% durante el primer semestre. Los
trabajadores extranjeros representan actualmente el 11,2% del total.
Por
último, en el primer semestre se ha recuperado el ratio de 2,32
trabajadores afiliados por pensionista, que no se observaba desde
diciembre de 2013, cuando se desplomó a 2,27. Han sido siete largos
años en la evolución del indicador para remontar las cifras, si
bien todavía se encuentra a cierta distancia del récord de 2,71
alcanzado en diciembre de 2007. En el debate del futuro de las
pensiones, que guarda estrecha relación con las reformas
estructurales que se tienen que implementar en el mercado laboral, es
fundamental prestar atención a cuál va a ser la evolución del
ratio y sobre todo su incidencia sobre los presupuestos de la
seguridad social.
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