¿Como lograr que las Pymes organicen prácticas para estudiantes?

CEDEFOP acaba de publicar una Briefing Note titulada “Haciendo que las prácticas funcionen para las pequeñas y medianas empresas” con especial atención a los factores que refuerzan su compromiso.

AFEMCUAL quiere abordar esta cuestión sobre la base de este documento, sin duda relevante, si se tiene en cuenta la estructura de la economía española, donde la Pyme ocupa un papel central.

La Nota presta atención a los factores que distancian a las Pymes de las prácticas formativas, a pesar de reconocer el papel que éstas desempeñan en materia de empleo, innovación, diseño de productos y procesos. En ese sentido, buena parte de las propuestas formuladas se contienen en la “European alliance for apprenticeships”, lanzada en julio de 2013, que forma parte de la estrategia de la Comisión en materia de empleo. Además, la Comisión Europea tiene la intención de presentar estas propuestas en la reunión de la Dirección general de Formación Profesional de este mes de noviembre.

La idea es diseñar acciones eficaces que permitan a las Pymes desplegar iniciativas de aprendizaje que atraigan a los jóvenes para ganar experiencia laboral, mientras que se forman en las competencias que requieren las empresas y el tejido productivo, asegurando así la empleabilidad y en su caso, la inserción laboral directa en las empresas.

En ese sentido, la Nota propone tres tipos de iniciativas sobre las que Cedefop ya ha estado trabajando y que en esencia se resumen en instrumentos financieros para el apoyo de las Pymes en las prácticas de estudiantes, creación de un entorno favorable para las empresas y el apoyo a los formadores de las empresas. AFEMCUAL comparte este diagnóstico y proporciona las siguientes observaciones complementarias.

1.- Incentivos financieros.

Básicamente, comprende los incentivos fiscales, los fondos de formación, los cheques, ayudas directas y subvenciones que se pueden financiar con cargo a el programa Erasmus Plus, el Fondo Social Europeo y la Garantía Juvenil. Los tres se encuentran bien desarrollados en la normativa española.

En relación a los primeros, se plantea que el diseño de los mismos se realice en relación inversa al tamaño de las empresas para facilitar el aumento de la inversión en formación en las Pymes. De ese modo, estas obtendrían una ventaja adicional para desarrollar la formación. En todo caso, este tipo de instrumentos no consigue corregir el problema derivado del menos tamaño de las empresas.

Por lo que respecta a los fondos de formación a partir de las cuotas a la seguridad social obligatorias, en concepto de formación, estos pueden ser canalizados de forma eficiente a las Pymes para cubrir el coste de formación de los aprendices, y de hecho ya se está realizando actualmente. La diferencia con el caso español reside en que Cedefop plantea que las organizaciones empresariales, sobre todo las sectoriales, puedan desempeñar un papel fundamental contribuyendo a agrupar los fondos comunes de sus miembros, mejorando así la escala de funcionamiento.

En cuanto a los cheques, ayudas y otras subvenciones, se considera que este tipo de instrumentos puede ser el más eficaz para ayudar a las Pymes, no sólo a desarrollar las prácticas formativas sino también a mejorar la calidad de las mismas, animar la creación de nuevos puestos de prácticas para jóvenes e incluso reactivar las empresas que ofrecen oportunidades de aprendizaje.

Esta iniciativa, que ya ha tenido su concreción en el anuncio realizado del cheque de formación a los desempleados, merece una consideración especial por las autoridades, y un correcto diseño de la misma puede ayudar a las Pymes a consolidar sus planes de formación.

2.- Creación del un ambiente adecuado para los negocios.

Cedefop concluye que los instrumentos financieros no son suficientes para estimular la formación en las Pymes, aunque se pueden considerar determinantes en algunos casos. Cedefop entiende que se necesita prestar atención a los elementos que contribuyen a crear un entorno adecuado para la actividad empresarial, en particular, los recursos de cooperación entre las empresas, los patrocinios entre escuelas y empresas, el apoyo de los proveedores locales y el marketing de los aprendizajes.

AFEMCUAL considera necesario construir ese entorno eficaz que permita a los stakeholders de la colectividad verse involucrados en una estrategia coordinada en la que participen las cámaras de comercio, sindicatos, organizaciones empresariales, federaciones sectoriales, centros de formación y servicios públicos de empleo. Este tipo de redes, adecuadamente consolidadas, pueden servir para promover un entorno compatible con una cultura de aprendizaje. Para conseguir el objetivo se requiere que los roles y papeles de cada uno de los miembros que integran la red se definan adecuadamente.

Mención especial reciben los aspectos que definen la cooperación entre las empresas. En concreto, los acuerdos locales entre empresas y las redes creadas al efecto, como la descrita anteriormente, pueden ayudar a promover las complejas necesidades de formación de las Pymes. De hecho, permiten sumar recursos, compartir información y experiencias de unos a otros. Tales redes de patrocinio pueden adoptar distintas formas en función de las necesidades de los miembros que las integran. Los poderes públicos han de contribuir con su acción a fomentar la cooperación.

En esencia, las siguientes:

  • Una empresa líder asume la responsabilidad global de la formación, mientras que determinados módulos específicos se desarrollan en otras empresas de la red.

  • Se puede crear un consorcio para la formación por las Pymes, como socios iguales.

  • Las grandes empresas pueden ofrecer períodos de formación en sus talleres e instalaciones a los aprendices de sus proveedores y de las empresas pertenecientes a la cadena de valor, generalmente Pymes.

  • Las Pymes pueden unir fuerzas para ofrecer un programa de aprendizaje conjunto o de responsabilidad compartida con cada empresa socio de la red, proporcionando un aspecto específico del contenido del programa de formación y aprendizaje.

También son importantes, y poco explorados, los patrocinios escuela y empresas. Los cuellos de botella de capacidad de las Pymes se pueden igualmente atender por medio de centros de formación debidamente equipados entre las empresas para proporcionar el contenido de aprendizaje en su totalidad. Estos centros, a menudo, se crean por organizaciones empresariales sectoriales y de apoyo a las Pymes, dispuestos a ofrecer prácticas, y a la vez incapaces de ofrecer el contenido completo del aprendizaje para obtener la cualificación final. Experiencias de este tipo se han desarrollado con éxito y abren, sin duda, un nuevo escenario potencial para la formación de las Pymes.

Especial relevancia cobra el apoyo de los proveedores locales. Mientras que los stakeholders tienen que ser activados a todos los niveles para promover la participación de las Pymes en la formación, se necesita adoptar decisiones concretas, especialmente a nivel local y regional, para llevar a la práctica lo acordado. Esto significa que muchas Pymes necesitan apoyo administrativo externo para poder afrontar la gestión de los aprendizajes, desde el reclutamiento hasta la evaluación final.

En ese sentido, AFEMCUAL valora positivamente la propuesta de crear una infraestructura local de apoyo a las Pymes en todo lo relativo a establecimiento, planificación, ejecución y aseguramiento de la calidad de sus aprendizajes, incluyendo la evaluación de las prácticas.

Por último, y no por ello, menos importante, conviene atender al marketing de las prácticas. La experiencia confirma que la disposición de las empresas a apostar por las prácticas está positivamente influenciada por la imagen que tienen de los aprendizajes. La celebración del éxito de una empresa en la gestión de sus prácticas, a institución de determinados premios o reconocimientos, la promoción de campañas de publicidad y de imagen, pueden servir para demostrar que el potencial innovador de la empresa y su compromiso con la responsabilidad social cotizan alto en relación con las prácticas.

3.- Apoyo a los formadores y mentores de las empresas

Debido a su tamaño, las Pymes tienen dificultades para formar a trabajadores cualificados para que supervisen la actividad de los aprendices. En muchos casos, suele ser el propietario de la empresa o trabajadores senior cualificados quienes asumen este papel, a menudo a costa de sus propias funciones. Sin duda, serán necesarios más trabajadores cualificados si se pretende promover el desarrollo de las prácticas en empresas, sobre todo en las más pequeñas.

La disponibilidad de formadores competentes en la empresa es crucial para asegurar una buena experiencia de aprendizaje para los aprendices y las empresas. Por ello, se considera fundamental que los formadores especializados en los centros académicos actualicen periódicamente sus competencias y cualificaciones, asumiendo los mismos estándares de calidad que los que se presentan en las grandes empresas.

La expectativa de un nivel de cualificación o de competencia pedagógica se tiene que garantizar desde las Pymes concentrando sus esfuerzos en sistemas flexibles y adaptables de provisión de formadores. La participación de las autoridades públicas, cámaras, asociaciones empresariales y centros de formación en el adiestramiento de los formadores se hace de forma distinta en cada país. Posiblemente una vía adecuada sea explorar las distintas experiencias en busca de buenas prácticas que se puedan transferir.

Además, Cedefop insiste en la necesidad de elaborar documentos e instrumentos que permitan a las empresas y los formadores describir los requisitos de cualificación y las competencias que se necesitan para poder realizar su trabajo de manera adecuada. La labor de apoyo externo también puede incluir asesoramiento sobre la organización del aprendizaje, evaluación de las competencias de los formadores y resolución de problemas complejos.

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