What will you be when you grow up? (*)
La pregunta que todos nos hacemos, “¿En qué
trabajaré cuando sea mayor?”, admite muchas respuestas en los
tiempos que nos toca vivir. Tantas, que muchas ni siquiera se
conocen. Los especialistas coinciden en algo: todas las profesiones
actuales cambiarán, desde los bomberos a las bailarinas, los
astronautas a los camioneros. Nada va a quedar igual. La respuesta a
la pregunta no sólo es difícil sino que admite muchas alternativas.
Tal vez por ello, las personas demandan cada vez más información y
de mejor calidad sobre las tendencias futuras del empleo y las
cualificaciones, para poder diseñar sus carreras profesionales con
la menor incertidumbre posible.
La razón de tanta preocupación es que en el
futuro no sólo aparecerán nuevas ocupaciones, sino que una parte
muy importante de los alumnos que estudian actualmente tendrán que
desempeñar puestos de trabajo que actualmente ni siquiera existen.
Además, los empleos actuales van a experimentar cambios en sus
contenidos y tareas de forma significativa. Los motores globales como
las máquinas automáticas que aprenden, el internet de las cosas y
otros avances tecnológicos, el cambio climático y las
transformaciones en la composición demográfica de los países ya
están provocando un efecto disruptivo en las líneas de producción,
los procesos de distribución, las preferencias de los consumidores y
la regulación, entre otros aspectos. Estos motores transforman el
empleo, la estructura ocupacional y las necesidades de competencias
en todos los sectores de la economía.
Los empleos del futuro podrían ser muy distintos de los actuales. La inteligencia
artificial, por ejemplo, exigirá competencias concretas no sólo a
los trabajadores de cuello blanco que se desempeñan en puestos
basados en las tecnologías, sino también a los conocidos como
“agribots”, profesionales que desempeñarán funciones
cualificadas relativas a la gestión de la información, en sectores
como agricultura, silvicultura y pesca, que tradicionalmente no
demandaban esos empleos. Las competencias verdes ya penetran en
numerosas ocupaciones, desde las posiciones directivas (como los
gerentes de producción) a los operarios de las fábricas. Los avances
tecnológicos y una sociedad envejecida exigen una reformulación de
la prestación de los servicios de salud, los profesionales de la
medicina y sus asociados, no sólo necesitan estar al día de los
beneficios derivados de las nuevas tecnologías de la salud, sino que
necesitarán sólidas competencias de comunicación y trabajo en
equipo.
Para acomodar el impacto de estos motores, serán
necesarios nuevas formas de trabajo en los equipos y las
organizaciones. En la medida que éstas tendrán que estar preparadas
para adoptar y desarrollar la innovación, la importancia de las
competencias “soft”, tales como colaboración, trabajo en equipo,
creatividad y aprendizaje se incrementa tanto como la de las
competencias técnicas o específicas de los empleos. Los almacenes
de competencias ocupacionales colapsan conforma estas competencias se
demandan en todas las ocupaciones: la creatividad, por ejemplo, es
actualmente importante no sólo para las ocupaciones artísticas,
también se encuentra relacionada con el pensamiento innovador, la
flexibilidad y la capacidad de resolver problemas.
Conforme la gente
se tiene que adaptar a cambios en los empleos y modelos de carreras,
el desarrollo continuo de competencias relevantes será clave para la
empleabilidad. La importancia del aprendizaje a lo largo de la vida
sitúa al más alto nivel el papel central de los profesionales del
sistema educativo y formativo, de todos los niveles y tipos. Ellos
deberían ser formados y apoyados para que puedan enseñar estas
nuevas competencias; estar entrenados en ellas; y elaborar métodos
de aprendizaje adecuados e instrumentos para su desarrollo entre los
alumnos.
Más
oportunidades para las mujeres
Conforme las competencias “soft” adquieren una importancia más destacada entre las distintas ocupaciones, y los avances tecnológicos en la automatización impregnan a todos un conjunto de actividades basadas en trabajo físico, se puede argumentar que las fronteras de los estereotipos de género en la elección de carreras profesionales prácticamente desaparecerán. Ocupar más mujeres en determinadas ocupaciones aumentará la oferta de trabajo e incrementará su relativamente baja participación en ocupaciones como las ICT, ingenierías y ciencias. Al mismo tiempo, las ocupaciones que tendrán menos impacto en términos de reemplazo por las máquinas (cómo gerentes, psicológicos o profesionales de la salud ) descansan en la empatía, la capacidad para construir relaciones y compasión: competencias que se espera que las mujeres tengan con mejor desempeño que los hombres.
Atraer,
entrenar y retener
Aunque los cambios en las demandas de competencias
son rápidos y serán cada vez más acelerados, se deben dar pasos
concretos. Atraer más gente joven, con independencia de su género,
a ocupaciones en las que se esperan escaseces de oferta, será muy
importante. Además, informar no sólo a los jóvenes sino a los
adultos de las tendencias en las ocupaciones y las necesidades de
competencias, pondrá una mayor importancia en la orientación y el
aprendizaje a lo largo de la vida.
Por ello, mantener el curriculum adaptado a los
cambios en el mercado laboral y la tecnología es una actividad
fundamental para muchas personas. Sin embargo, la colaboración entre
el mundo de la educación, particularmente la FP, con las empresas,
tiene mucho campo de desarrollo. La Alianza Europea de los
Aprendizajes de la Comisión europea, por ejemplo, intenta atraer
jóvenes a ocupaciones relevantes en la construcción y ofrecerles al
mismo tiempo competencias para prepararse para los cambios esperados
en el sector.
Permanecer atentos a las necesidades emergentes de
competencias, desde las prácticas a las “soft” será fundamental
para los empleados activos para evitar la pérdida de esas
capacidades. Las oportunidades de formación se deberían ofrecer a
los empleados pertenecientes a los distintos grupos ocupacionales y
niveles jerárquicos, tanto en la formación dentro de las empresas
como en otras opciones de aprendizaje continuo. Las soluciones
tecnológicas como la e-formación, permite afrontar algunos
obstáculos como la combinación de trabajo y formación. La
formación adaptada en contenidos y sistemas de provisión, por
ejemplo las competencias básicas de ICT, se debería canalizar a los
trabajadores de mayor edad, de modo que puedan permanecer más tiempo
en el mercado laboral.
Más importante aún,
los nuevos conjuntos de competencias que van a afectar a todas las
ocupaciones señalan un cambio en la forma de organizar el trabajo y
cómo se percibe el trabajo con otros. Por lo tanto, la colaboración
y el trabajo en equipo, el pensamiento críticos, la capacidad de
solución de problemas, nuevas competencias de aprendizaje y de
adaptación a entornos de cambio rápido debería ser parte de una
nueva aproximación a la vida, más que un conjunto de competencias
incluidas en un portafolio.
(*) Traducido del artículo
del mismo título de Stelina
Chatzichristou, Experta, Department for Skills and Labour Market
(DSL) CEDEFOP
Comentarios
Publicar un comentario