Marzo de 2019: el empleo modera su crecimiento anual
Durante
el pasado mes de marzo, la afiliación a la seguridad social ha
vuelto a crecer. Y lo ha hecho a un nivel importante, 155.104
personas, cifra superior a la del mismo mes del año anterior. Un
comportamiento que guarda relación con el desempleo registrado, que
+ha descendido en sus efectivos, 33.956 personas. Dos comportamientos
que responden a la realidad del mercado laboral, que es la moderación
de los ritmos de corrección de los desequilibrios, con un continuo
descenso de la tasa anual de crecimiento del empleo, desde los altos
niveles alcanzados a mediados de 2017.
Por
un lado, el paro se ha visto afectado por los efectos positivos que
se derivan del comienzo de la temporada turística (semana santa es
en abril, y muchas contrataciones empiezan antes) y del aumento de la
ocupación en la mayor parte de actividades y sectores. A resultas de
ello, el empleo aumenta en la actividad de hostelería, seguido de la
construcción, los sectores motores tradicionales del mercado
laboral. Con estos datos, la interpretación de la dinámica del
mercado de trabajo se resuelve con cálculos sencillos.
El
recurso a los datos de contratación tampoco ayuda, ya que aumenta de
forma intensa con respecto al mes de febrero, si bien todo el
crecimiento corresponde a la contratación temporal, en tanto que los
indefinidos descienden en términos anuales.
No
obstante, este post del Blog de AFEMCUAL explora algunas pistas con
los datos disponibles sobre el mercado laboral.
Las sorpresas de la
evolución de la población activa: españoles y extranjeros
En
marzo pasado, el aumento del empleo y el descenso del paro registrado
tienen una traslación directa sobre el comportamiento de la
población activa. Al tratarse de movimientos opuestos que afectan al
agregado en distinto sentido, cabe pensar en el modesto aumento de la
población activa, 1,7%, que coincide con la tendencia observada en
los indicadores de la EPA. Aumento de la actividad que, ante las
tendencias demográficas que se observan en España desde hace años,
solo puede tener su origen en el repunte de actividad que estimula a
los que buscan un empleo en el tejido productivo nacional.
¿Qué
factores están actuando sobre la población activa? La respuesta a
estas pregunta exige establecer una diferencia entre españoles y
extranjeros. En marzo pasado, el empleo de los extranjeros ha crecido
en tasa anual un 8,2%, 6 puntos más que el empleo de los españoles,
que lo hizo un 2,3%. Por su parte, el desempleo de los primeros
descendió un 5,1% en tanto que el extranjero lo hizo un 3,4%. Los
datos han empujado el comportamiento de la población activa.
La
afiliación a la seguridad social de extranjeros alcanzó en marzo
2.026.957 personas, una cifra que ya se encuentra cerca del valor más
elevado de la serie histórica de 2008, antes de la crisis. Desde el
punto más bajo de la crisis, registrado en 2014, a población
laboral extranjera ha crecido en 491.000 efectivos desde el punto más
bajo registrado en 2014, un 32% más; y 2019 ha comenzado con datos
en máximos.
Por
otra parte, el desempleo de extranjeros alcanzó en marzo un total
402.403 personas, con un descenso del 3,4% respecto del mismo mes del
año anterior, una tasa inferior, no obstante, a la registrada el año
2018, que fue -4,66%. La agregación de las dos magnitudes permite
aproximar un crecimiento de los activos de nacionalidad extranjera,
del 6%, lo que no ocurre entre los españoles.
En
el caso de los españoles, la afiliación a la seguridad social se
situó el pasado mes de marzo en 17.016.619 personas, con un
crecimiento respecto al año anterior del 2,3%. Por otra parte, con
respecto al año 2013 en que se alcanzó el nivel más bajo, el
empleo ha aumentado en casi 3 millones de personas, un 17%,
porcentaje igualmente inferior al registrado por el empleo de los
extranjeros.
Por
lo que respecta al desempleo de españoles, la cifra desciende en
términos anuales un -5,1% en tanto que la afiliación a la seguridad
social, como se ha señalado, crece modestamente un 2,3%, lo que
implica que la población activa, a diferencia de lo ocurrido en
meses anteriores, aumenta en un 1,2%.
AFEMCUAL
entiende que el desigual comportamiento de los niveles de actividad
entre españoles y extranjeros, ahora coincidentes aunque a distintos
ritmos, deberá ser tenido en cuenta en el análisis del mercado
laboral, por cuanto presenta efectos diferentes en la distribución
de las ocupaciones, las modalidades de contratación utilizadas, los
sectores y ramas de actividad, y configura dos tendencias con
resultados diferentes que habrá que tener muy en cuenta.
Ante una posible ruptura de la estacionalidad del empleo en los sectores y actividades
Es
un aspecto de la economía española que se observa en las
actividades con mayor y menor potencial de empleo. La hostelería
experimenta un fuerte aumento de la ocupación, un 4,8% en el mes de
marzo respecto de febrero, ante el inminente inicio de la temporada
turística. La construcción, igualmente, tira con fuerza del empleo,
aunque en este caso se percibe mejor con la tasa anual, 10,27%, la
más elevada de todas las actividades, y apuntando al posible
comienzo de un nuevo ciclo expansivo. No obstante, el resto de
actividades económicas también experimenta un crecimiento de la
ocupación, si bien en algunos casos, a tasas más moderadas. Ello es
así, que el resultado combinado de las dos principales actividades,
hostelería y construcción, representa solamente el 48% del
comportamiento del empleo en el mes.
La
reducción de la concentración de los movimientos del empleo arriba
y abajo en determinadas actividades concretas de la economía, apunta
a una consolidación del mercado laboral, con actividades como
transportes (5,03%), inmobiliarias (7,37%), o la información y
comunicaciones (8,4%), registrando tasas de crecimiento anuales muy
significativas, por encima de la media.
Además,
este comportamiento más parejo del empleo en las distintas
actividades económicas durante el mes de marzo puede venir asociado
a un posible efecto “tirón” de unas respecto de otras. Dicho de
otro modo, la movilidad de los trabajadores de unas actividades a
otras apunta a una consolidación del mercado laboral, e incluso, a
una incentivación de la búsqueda hacia puestos con mejores
retribuciones o condiciones de trabajo.
AFEMCUAL
entiende que estos trasvases efectivos del empleo entre sectores y
actividades apuntan en mayor medida hacia lo que se entiende como
desempleo friccional, que se encuentra relacionado con la búsqueda
de oportunidades y transiciones laborales cortas en los distintos
sectores y actividades. Si ello es así, desterrar el desempleo de
larga duración, que tiene un alto impacto sobre las cualificaciones
de los trabajadores y sus oportunidades de inserción laboral, podría
ser uno de los mejores resultados de la coyuntura actual.
Autónomos
frente a asalariados
La
evolución del empleo autónomo durante los últimos años ha sido
claramente distinta a la registrada por el empleo asalariado, y ello
tiene consecuencias sobre la evolución del empleo total. Basta citar
unos ejemplos. Si se toma 2007 como el año de máximo nivel para los
indicadores de afiliación, 2013 como el de niveles más bajos y se
comparan las tendencias con relación a marzo de 2019, último dato,
el resultado presenta notables disparidades.
El
empleo asalariado descendió un -16% entre 2007 y 2013, mientras que
el autónomo disminuyó en un porcentaje similar e inferior, -13%
durante este primer tramo de la crisis. Sin embargo, desde el nivel
más bajo de 2013 hasta marzo de 2019 los dos componentes del empleo
han experimentado tendencias distintas. El empleo asalariado ha
crecido un 17,7% sus efectivos, mientras que el empleo autónomo lo
ha hecho solamente en un 8,3%, 9,4 puntos porcentuales menos.
Estos
datos podrían llevar a pensar que la salida de la crisis y la
recuperación del empleo está beneficiando en mayor medida al
asalariado que al autónomo, que todavía en 2019 se encuentra un
4,7%, por debajo del nivel de 2008, en tanto que el empleo asalariado
solo está un 17% por encima del nivel alcanzado en dicho ejercicio.
Cabría asumir que ello puede venir determinado porque muchos
autónomos contemplan como preferencia el acceso a un empleo
asalariado generado en la economía, abandonando su iniciativa
emprendedora. O tal vez que el entorno general de la economía no
facilita el desarrollo de las actividades autónomas. Cualquiera que
sea el motivo, el empleo autónomo se ha quedado rezagado con
respecto al asalariado.
AFEMCUAL
entiende que este desigual comportamiento de los dos componentes del
empleo ejerce una influencia en los resultados agregados del
análisis, por cuanto el 16% del total registra una dinámica menos
expansiva que el resto, lo que se traslada al indicador.
Comentarios
Publicar un comentario