Algunas consideraciones respecto a la evolución del mercado laboral en mayo
AFEMCUAL considera que los resultados del mercado laboral durante el
pasado mes de mayo, a pesar de que se pueden calificar como
positivos, dibujan un escenario de incertidumbre que es
conveniente tener en cuenta, antes de abordar la perspectiva
histórica de la evolución de los principales indicadores.
La contratación indefinida se hunde.
No existe otro modo para calificar el descenso registrado en el
número de contratos con respecto al mismo mes del año pasado, un
-7,96%, y tomando en cuenta los cinco primeros meses del ejercicio en
comparación con el mismo período de un año antes, el descenso es
del -4,45%. Ya el mes de abril la evolución de los contratos
indefinidos trasladó los primeros signos de alarma. Algún
cambio en la normativa laboral reciente ha debido actuar de forma
negativa sobre la contratación indefinida.
Ahora se ha vuelto a hacer
realidad. Como consecuencia de las
tendencias descritas, los contratos indefinidos han vuelto a ver cómo
su participación en el total se derrumba por debajo del 9%. Esta
situación contrasta con una evolución más expansiva de los
contratos temporales,
que vuelven a protagonizar el aumento de la contratación en mayo
pasado, con un crecimiento del 18,95% respecto a abril, que en el
acumulado de los cinco primeros meses alcanza un 3,15%. Sin lanzar
campanas al vuelo, los contratos temporales aumentan de forma intensa
a corto plazo mientras que los indefinidos caen. Algo está
provocando este cambio que rompe con la tendencia precedente.
Por otra parte, las buenas noticias
que llegaron de los contratos en formación,
durante el mes de abril, se han vuelto muy pesimistas en mayo. Y así,
de un crecimiento del 7,93% con respecto a marzo y del 29,55% con
relación a abril del pasado año, se ha pasado a un desplome en las
cifra, con una caída del -16,26% respecto a abril y del -27,16% con
respecto al mismo mes del año anterior. Las cifras de los contratos
de formación y en prácticas siguen siendo reducidas, lo que indica
un bajo nivel de utilización por parte de las empresas de estas
modalidades, especialmente orientadas a los más jóvenes que acceden
al mercado laboral por primera vez.
La ralentización del crecimiento del empleo se acentúa en
mayo.
Si se observa la evolución de la tasa anual de crecimiento de la
afiliación desde 2017, la tendencia muestra una clara
desaceleración. Nuevas reformas del mercado laboral son necesarias
para avanzar en la corrección de los desequilibrios. Todavía hay
más de 3 millones de personas en situación de desempleo. Pese a los
buenos resultados, la tendencia descrita se ha mantenido en mayo
pasado, con la tasa anual situada en el 2,78%, cada vez más lejos
del 3,87% de mayo de 2017. En el curso de dos años, la diferencia de
1 punto en la tasa anual implica que el crecimiento del empleo ha
perdido ímpetu, que el mercado de trabajo empieza a mostrar síntomas
de fatiga, y que para continuar creando puestos de trabajo se
necesita profundizar en los aspectos estructurales y no solo en los
coyunturales.
Además,
el crecimiento del empleo vuelve a ser más intenso que el registrado
por el PIB, que según el INE ha sido del 2,4% en el segundo
trimestre de 2019. Este resultado tiene una incidencia sobre la
productividad general de la economía, y obliga a realizar una
reflexión sobre el alcance y agotamiento de las medidas de la
reforma laboral, así como la necesidad de dar un nuevo impulso a la
corrección de los desequilibrios del mercado de trabajo, que aún
persisten.
Particularmente,
la tasa de desempleo ofrecida por la EPA para el primer
trimestre fue del 14,7%, dos puntos menos que en el mismo período de
2018. La estimada en mayo con los datos de afiliación y paro
registrado, un 13,7%, continúa en descenso, pero mantiene un proceso
de ralentización de su reducción. Entre el primer trimestre de 2015
y el mismo período de 2017, la tasa de paro cayó 5
puntos, mientras que desde entonces hasta el primer trimestre de 2019
tan solo lo ha hecho en 2 puntos, y ya se plantea un escenario
posible de la tasa NAIRU, que condiciona la continuidad de su
descenso si no se acepta un despegue de la inflación.
Desde el punto de vista sectorial, vuelve llamar la atención el
parón sufrido por la creación de empleo en la construcción,
que arrastra, al igual que el pasado mes de abril unos resultados
inferiores a los previstos. Este sector, que había sido en mayo de 2018 el
segundo más dinámico en creación de empleo, justo detrás de la
hostelería, con más de 12.000 puestos, este año ha visto como sus
registros en el mismo mes se frenan, con poco más de 6.914 empleos
con respecto a abril. Además, la tasa anual, que había sido de un
8,97% el pasado ejercicio, se reduce hasta un 7,49%, que no obstante,
continúa siendo la más elevada del conjunto de actividades.
En relación con la dinámica del empleo por género, hasta el
pasado mayo se mantiene el crecimiento de la ocupación de las
mujeres, un 3,09% con respecto al año anterior, y superior al de los
hombres, con tan solo un 2,52%, situación que se ha venido
manteniendo desde abril del año pasado, y que ha permitido al empleo
de la mujer alcanzar 9.043.749, la cifra más elevada de la serie
histórica. No obstante, las mujeres en desempleo aventajan en
términos absolutos a los hombres en esta situación, 1.828.679
frente a 1.250.812 respectivamente; en tanto que la reducción del
desempleo de los hombres, -7,15% es claramente superior al de las
mujeres, -4,01%.
El empleo de extranjeros ha vuelto a intensificarse en los
cinco primeros meses de 2019, con un aumento del 7,7% respecto al
mismo período del año anterior. De manera significativa, los
autónomos extranjeros crecen un 7,4%, porcentaje similar al de 2018,
mientras que los españoles lo hacen solo en un 0,8%. Tendencias que
se sostienen en la distinta evolución experimentada por la población
activa, que en el caso de los extranjeros aumenta en tasa anual
un 5,7%, mientras que en el caso de los españoles crece tan solo un
1,5% durante mayo pasado. Los trabajadores extranjeros representan
actualmente el 11,1% del total.
Por último, en mayo pasado se ha recuperado el ratio de 2,32
trabajadores afiliados por pensionista, que no se observaba desde
diciembre de 2013, cuando se desplomó a 2,27. Han sido siete largos
años en la evolución del indicador para remontar las cifras, si
bien todavía se encuentra a cierta distancia del récord de 2,71
alcanzado en diciembre de 2007. En el debate del futuro de las
pensiones, que guarda estrecha relación con las reformas
estructurales que se tienen que implementar en el mercado laboral, es
fundamental prestar atención a cuál va a ser la evolución del
ratio y sobre todo su incidencia sobre los presupuestos de la
seguridad social.
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